Textos y Actividades

Mirando jugar


Dicen que al observar a un niño mientras juega se puede descubrir sus intereses y se aprende de su personalidad.Algunos hablan de hadas y bosques con grandes jardines, otros mencionan ogros oscuros y unos pocos aseguran que existen bicicletas voladoras. Eva nunca vio nada de eso, pero imagina que existen en otro país y que hace muchos, muchísimos  años hubo un rey grande y poderosos que concedía deseos a los niños del castillo. Pero ella nunca vio uno…Su mundo es un patio. El de su casa, de su abuela y algunas veces también la plaza. La geografía la completan sus muñecas y un juego de té para compartir con ellas una tarde de campo, en casa. El tiempo transcurrido con sus amigas de trapo y la constancia para los mismos juegos, la dejan en duda ante este cambio.Ver a otros niños corriendo a su lado, la mantienen en plena observación. ¡Parecen tantos y hablan todos juntos!

-¿Cómo te llamas?- y aunque Eva no responde, la invitan a saltar.

-Vení, vení- le dice otra vocecita de su misma edad, moviendo la mano.No contesta y espera a que pase ese tiempo infinito. Tal vez  no vaya ahora, pero mañana habrá que volver a este lugar y prepararse para jugar.Le gusta un poco estar acá, pero otro día le gustará más. Solo los árboles y las flores le parecen conocidos, como los de su casa pero más altos. Esa casa enorme que tiene tantas mesas y sillas no le parece igual, aunque los lápices de colores y las hojas amarillas, son como las que tiene para pintar.Respira hondo y sigue mirando hasta que un llamado los reúne a todos. Hay que entrar otra vez, sentarse a escuchar y dibujar.  Eva sabe que afuera la esperan para volver a casa, con sus amigas de trapo y las tacitas. Al bajar los escalones, tomada de la mano de su madre le cuenta que hoy la invitaron a jugar.

-Mañana vuelvo y le digo que sí. Tengo que volver, ¿verdad?...

Autora: Laura Ayoroa

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